Me dicen que soy prudente en cuanto a mis sentimientos, quizás en exceso. Soy consciente de que es cierto, me influyen varias relaciones que no fueron buenas. Cuando empecé en esto tenía miedo a lo nuevo, a lo desconocido, sigo teniendo ese miedo, pero bastante más moderado. Ahora mismo lo que más miedo me da es confiar, es entregarme, emocionalmente hablando, pero curiosamente no concibo la sumisión sin sentimientos.
Es una situaciòn extraña, es un querer y no poder, más que nunca pienso en los límites, en las palabras de seguridad. La prudencia ahora mismo es mi seguridad. No me decido a dar pasos que deseo por miedo a perder esa seguridad. Esta misma mañana pensaba, prefiero acotar y poner los límites necesarios antes de abandonar.
En una ocasión me dijeron: no te fíes nunca completamente de nadie, ten siempre una vía de escape, algo a lo que agarrarte cuando lo necesites, da que pensar.
Así que ahora mismo estoy inmersa en mi etapa de miedos, pero alguno he superado ya, si no no habría dado el paso de publicar este blog y ni habría tomado la decisón de ser la alumna de mi querido C2, algo que le tengo que agradecer.
Creo que he mezclado temas, pero lo he escrito tal cual me ha venido a la cabeza. Espero que me entendais.
Gracias por leerme.